domingo, 28 de agosto de 2011

Frágil y con su identidad desgastada, Estudiantes no es lo que se esperaba

28.08.2011


La palabra más justa es decepción. El hecho de no encontrar relación alguna entre las ilusiones generadas y la cruda realidad, instaló, de modo contundente, un escenario hiriente donde la frustración gobierna sin oponentes el ánimo de los hinchas albirrojos. ¿A dónde fue a parar la sólida identidad futbolística que cosechaba elogios? ¿Por qué está tan mal en defensa? ¿Cómo es posible que se haya deteriorado tanto la matriz de su funcionamiento?

Hay más preguntas, pero cada una provoca respuestas nada simpáticas. Estudiantes comenzó a apartarse de la línea de coherencia antes de debutar frente a Newell's. Las incorporaciones fueron muchas; demasiadas. Acumuló figuras y, sin embargo, el resultado en la cancha está muy lejos de lo que se esperaba.

Frente a San Martín de San Juan, y luego de haber conseguido, con justicia, la ventaja de dos goles, su funcionamiento fue perdiendo peso específico de manera alarmante. Durante el segundo tiempo mostró la peor versión.

Un rival humilde, sin apellidos ilustres, pero con una línea de juego criteriosa, basada en el despliegue solidario de energías, le armó un lío bárbaro. Transcurridas cuatro fechas del torneo que aguardaba a Estudiantes como uno de los serios candidatos al título, no es aconsejable refugiarse en la diplomacia de los eufemismos.

PUNTOS DEBILES

Justo Villar, inconfundible baluarte de la Selección de Paraguay en la última edición de la Copa América, ofreció una respuesta muy pobre en el primer gol que le marcaron. Su "pecado" fue propio de arquero principiante. Dejó un hueco enorme entre el primer palo y su ubicación. Por allí pasó la pelota rumbo a la red.

Christian Cellay acumuló faltas de entidad que lo condujeron, irremediablemente, a su merecida expulsión. Es más, Pompei debió echarlo antes. Los grandes espacios entre el mediocampo y la última línea expusieron mucho a los dos zagueros (Desábato también sufrió cuando lo encararon con pelota dominada) convocados por Sabella para la nueva Selección Argentina.

La falta de intensidad en cada construcción surgida desde la mitad del campo inhibió cualquier esperanza triunfal. A diez minutos del final, el huésped, desnudo de cualquier brillo, se movió mucho mejor coordinado que el anfitrión. Ni siquiera puede escribirse que la búsqueda frenética del anfitrión convirtió en figura destacada al arquero Pocrnjic.

¿POR QUE NO ENTRO BENITEZ?

Los cambios, protagonizados por tres jugadores que llegaron para afrontar este campeonato, estuvieron muy lejos de mejorar el semblante colectivo de un equipo que hasta pareció resignado a aceptar su impotencia. Cuando Sebastián Verón (su tarea fue de mayor a menor) pidió el cambio, podría haber ingresado su reemplazante natural, Leandro Benítez. Russo pensó diferente. Mariano González fue su elección y, francamente, el ímpetu que desplegó para moverse en tres cuartos de cancha no consiguió productividad.

Terminó en empate con silencio de derrota. Jugando así, no habrá ilusión que resista. Un Estudiantes frágil agigantó su deuda.

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