“Bueno, ahora a guardar todo”. Estudiantes había jugado su primer partido como local en La Plata frente a Nacional Junios y era hora de levantar los postes, desarmar la cancha, guardar los elementos del juego.
Los jugadores empezaban a adquirir esa rutina. “Acá no se puede dejar nada porque al otro día desaparece”, les explicaban a los rivales. Y por eso, entre todos, alquilaron una casita cercana al campo de juego. Allí quedaba todo hasta la siguiente práctica, el próximo partido.
El sueño de una cancha propia se empezó a cumplir cuando un allegado a Estudiantes, Félix Tettamanti, donó algunos terrenos de su propiedad, pegados a la vieja estación de ferrocarriles “La Clementina”, sobre las calles 19 y 51. Fue todo un acontecimiento: ya había lugar para empezar a jugar como local. Y crecía el orgullo: a cuatro meses de su creación, Estudiantes ya tenía su cancha propia. Fue Horacio Tolosa, uno de los socios fundadores y veloz wing izquierdo que siempre jugaba con gruesos anteojos, quien tuvo el privilegio de hacer el primer gol de local.
“¿Y dónde nos cambiamos?”, preguntaron los rivales. “Allá, en aquellas edificiones”. Los viejos galpones de la estación de tranvías de 20 y 50 servían como improvisado vestuario.
Cuatro días después de aquel debut, el lugar fue escenario de la primera pelea en un partido de Estudiantes. Contra el combinado de la Liga platense, el amistoso terminó en gresca. El partido se suspendió a los 30 minutos del primer tiempo por la invasión del público al campo de juego; la batalla ya era incontenible.
En esa cancha, Estudiantes fue ocal durante dos años. El crecimiento de aquel nuevo equipo y los rivales cada vez más prestigiosos a los que enfrentaba exigían un escenario de otra envergadura.
Los viejos vestuarios se transformaron, con el tiempo, en la Dirección de Tránsito de la ciudad. Y en aquel campo donde los hermanos Carlos y Jorge Isla hicieron sus primeras gambetas, done Antonio Ferreiroa empezó a gritar sus goles y en el cual se empezaban a admirar las atajadas de Emilio Fernández, funcionó durante mucho tiempo el Regimiento de Infantería Nº 7. Ese no era su mejor destino. Hoy, tiene mucho más que ver con la historia. Es un hermoso parque, donde los picados suelen llenarse de pibes con camisetas rojiblancas.
El 7 de noviembre de 1905, Estudiantes jugó su primer partido como local. Derrotó 2 a 0 a Nacional Juniors en la cancha de 51 entre 19 y 20 con goles de Horacio Tolosa y Raúl Sussini.
Fuente: Revista A!
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