viernes, 29 de octubre de 2010

Como nadie

29.10.2010


Si el Pincha sigue derechito hacia el título, sería un caso rarísimo: salir campeón sin delantero de área genuino.

Si Estudiantes saliera campeón en este torneo, entonces rompería con una lógica bastante probada: que para ganarse la medalla hay que tener un 9 que la meta. Más aún: si diera la vuelta quebraría la regla subsidiaria que dice que, entonces, la falta del centrodelantero referente se suple con dos puntas que vayan desde afuera hacia adentro (aunque sin garantía de título). Señores, si el Pincha se queda con este Apertura, pues habrá sido sin un 9 y sólo con un media punta.
Se lo mire por donde se lo mire a este Estudiantes no se le cae un 9 en condiciones en todo el plantel. Porque Rodrigo López llegó para reemplazar a Boselli y apenas pudo jugar menos de 40 minutos (¡y dos goles!), Carlos Auzqui es un pibe al que probó Sabella pero mostró que está muy tierno, y el DT no cree que Mauricio Carrasco esté en el nivel del resto.
Para desgracia, Leandro González, que formaría dupla con la Gata, se lesionó un hombro y quedó out hasta el Clausura. Así es como Pachorra tuvo que ingeniar un sistema (3-4-2-1, 3-5-1-1 según ocasión y necesidad) para disimular la ausencia de ese 9.
Pero está demostrado empíricamente que los campeones tienen dos o más puntas de peso. Un repaso: Boca, en el Apertura 05 y Clausura 06, tuvo a Palacio y Palermo; luego, el Pincha a Calderón y Pavone; San Lorenzo a la Gata y Silvera; Lanús a Sand y Acosta; River a Falcao y Ortega; Boca, a Palacio, Palermo, Figueroa y Viatri; Vélez a Rodrigo López, Larrivey y Martínez; Banfield a Silva y Seba Fernández; y Argentinos a Sosa, Calderón y Pavlovich.
¿Sólo goles aportaron esos delanteros? Seguramente no. Reflexión de Leandro Desábato: “Al no tener dos delanteros que aguanten la pelota, el equipo no tiene descanso, hace un sacrificio enorme, y por eso a veces parece que estamos muy cansados”. Sus palabras advierten un daño colateral, como el cuerpo de un hombre que pisa mal por un período prolongado y tiene secuelas en el resto del cuerpo.
Si Estudiantes saliera campeón, entonces, llegaría con la lengua afuera, exhausto. Aunque con el orgullo de haber roto toda lógica del fútbol.

Fuente: Olé

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