La gesta del chico contra el grande tiene un sabor, una textura y una temperatura
especial. Desde que el hombre es hombre (desde David contra Goliat, si convenimos
verlo así) la gesta del chico contra el grande
fecunda un plus de admiración y, por añadidura, torna más perdurable. De esas mismas
entrañas, pues, surge la irrepetible epopeya de Estudiantes en Old Trafford. El pequeño
club de una ciudad perdida en el mapa se bebe los vientos y pone de rodillas al gigante
del suelo donde se inventó el fútbol.
Sellada la certeza cabe reponer, sin embargo, los pelos y las señales del opulento
vencido. Generaciones y generaciones de argentinos en general y de pinchas en
particular evocan aquel 16 de octubre como quien evoca el Cruce de Los Andes, asidos
a un par de imágenes primordiales, guiados por los dichos de éste o aquel mentor, dando
casi todo por descontado, pero no siempre juzgan pertinente examinar y retratar dónde
residía el poderío del Manchester. Cuáles sus condiciones estructurales. Cuáles sus
absolutos.
De eso mismo van estas líneas, de circunscribir la dimensión del vencido como vía regia
hacia la exacta dimensión que es justo atribuir al vencedor.
En primer lugar, como corresponde, fijemos el contexto histórico. Cuando Estudiantes
afronta la Intercontinental del 68 Gran Bretaña representa el desiderátum del fútbol
moderno y eficaz. Inglaterra gana la Copa del Mundo de 1966, Celtic de Glasgow la
Copa de Europa (ahora Liga de Campeones) de 1967 y Manchester United la Copa de
Europa de 1968. Pero no sólo eso: Manchester deja en el camino al Benfica de Lisboa,
equipo base de uno de los dos mejores seleccionados portugueses de todos los tiempos,
cuyo jugador sobresaliente, Eusebio, La Pantera Negra de Mozambique, es considerado
el equivalente europeo del mismísimo Pelé.
Manchester del 68 representa un equipazo, un monstruo lleno de buenos jugadores y de
otros cinco que sobrepasan el molde: Pat Crerarns, Nobby Stiles, Denis Law, George
Best, y Bobby Charlton. Veamos quién es quién.
¿Quién es Pat Crerarns? Un volante defensivo llamado a la celebridad por su rudeza y
persistencia en el combate. Escocés, hijo de irlandeses católicos, forja su espíritu de
guerrero en un barrio bajo de Glasgow, deviene típico camorrero por causas justas, o no,
y destaca como futbolista profesional por su determinación para la pierna fuerte. Su
autobiografía se llama "Never turn the other cheek", algo así como "Jamás pongas la
otra mejilla", y tras el partido de la Bombonera, Osvaldo Ardizzone (edición extra de El
Gráfico, 26-9-68) lo define como un hombre de "una excitación peligrosa".
¿Quién es Nobby Stiles? Stiles, pieza clave en el campeón mundial del 66, es como
mínimo uno de los defensores más temidos y más odiados de Europa. Un hombrecillo
de 168 centímetros y 66 kilogramos, feo de toda fealdad, desgarbado, desdentado,
miope, que hace su norte de la pendencia y del trancazo al filo del reglamento. Hijo de
funebrero, originario de Collyhurts, uno de los suburbios más espesos de Manchester,
Stiles cobra fama por el vigor y la astucia con que sale airoso de cada choque, primero
en las esquinas y luego en el césped. Tanto en el seleccionado inglés como en el
Manchester se encarga del trabajo sucio y de ese trabajo hace su razón de ser hasta
devenir guapo de leyenda o, lo mismo da, carnicero profesional.
¿Quién es Denis Law? Anotemos: debuta en Primera a los 16 años, es transferencia
récord del Huddersfield Town al Manchester City, del Manchester City al Torino y del
Torino al Manchester United. Balón de Oro en la temporada 1964/65, máximo goleador
histórico del seleccionado de Escocia, integrante del Salón de la Fama del fútbol
escocés y autor de un total de 312 goles en su carrera. Para unos cuantos especialistas
este escurridizo pelirrojo nacido en Aberdeen es, sin más, uno de los mejores delanteros
británicos de todos los tiempos. Una feroz animal del área.
¿Quién es George Best? Otro capo. "El chico de Belfast" o "El quinto Beatle" es el
mejor jugador irlandés de la historia y en 1968, a la hora de vérselas con Estudiantes, se
lo considera el mejor jugador de Europa. De hecho, ese mismo año France Football le
otorga el Balón de Oro. Hábil, veloz, atrevido, endemoniado, gastador, Best configura
el típico wing imprevisible, excéntrico, tirando a loco, pero en su caso la excentricidad y
la locura se expresan además en sus veleidades de playboy. Vayan, de muestra, dos
frases de su sello. Una: "En 1969 dejé las mujeres y el alcohol: fueron los peores 20
minutos de mi vida". Otra: "He gastado mucho dinero en mujeres, coches y alcohol. El
resto lo he despilfarrado".
¿Quién es Bobby Charlton? Robert Bobby Charlton, natural de Ashington, es el mejor
jugador inglés de todos los tiempos. Primero wing, luego estratega y finalmente
todocampista, es el futbolista con mayor cantidad de presencias y mayor cantidad de
goles en la historia del Manchester. También es el máximo goleador de la selección
inglesa. En 1966 brilla en Inglaterra campeón del mundo y gana el Balón de Oro y en
1968 brilla en el Manchester campeón de Europa. Charlton, el mismo que bautizó a Old
Trafford como "El teatro de los sueños", en 1984 recibe la Orden del Mérito de parte de
la FIFA y diez años después Isabel II del Reino Unido lo distingue como Sir.
Pues bien: a esos nenes les hicieron morder el polvo los leones de Zubeldía.
Fuente: Revista Animals!
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