Incluso sin Verón, Estudiantes cerró una semana de oro en el Gasómetro con un golazo de la Gata Fernández. Así le sacó siete de ventaja al Ciclón y cinco a los segundos. El Rastrojero va más rápido que el Falcon...
La Gata araña. El Pincha se corta. Braña juega con el corazón en la mano, es el mejor recuperador del equipo y queda dos veces de frente a Albil. Verón descansa y Benítez se disfraza de Bruja para, desde su zurda, aportar pase vertical y equilibrio. Los del fondo se conocen de memoria. Los de arriba, luchan y pivotean para que los volantes, con Enzo Pérez a la cabeza, gambeteen en velocidad. Con esta fórmula, Estudiantes le ganó a San Lorenzo, y le ganó bien. En nueve fechas, le sacó 5 puntos de ventaja a Vélez y Arsenal, los segundos. El Rastrojero, como Verón describió a su equipo tras ganarle el clásico a Gimnasia, sigue en la ruta, con ese andar cansino, pero seguro. Un fierro. Y tiró al Falcon de Ramón Díaz a la banquina.
Gastón Fernández dibujó un golazo para aplaudir, una delicadeza en la zona de la cancha en la que la mayoría no se permite pensar: recibió el centro de Enzo Pérez, amagó, enganchó, despatarró a Albil y definió con frialdad. Ya era superior Estudiantes, incluso antes del gol, y sobre todo después del 1-0. El ritmo que le metió en esa etapa desorientó a San Lorenzo. Claro, también obligó a que Braña y Benítez, por ese frenesí, vieran la amarilla antes de los 20 minutos.
Debía hacer algo Ramón en el entretiempo. Porque era 1-0 en el resultado, pero goleada en el juego. San Lorenzo se serenó, se organizó, mostró algo de nafta. Pero le faltó claridad. No llegó ni tan bien ni tantas veces como para justificar el empate. Y Estudiantes supo cerrarle, una a una, todas las puertas. Tendrá un Rastrojero, pero usa combustible de última generación.
Fuente: Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario