viernes, 6 de mayo de 2011

La verdad de Estudiantes



Una convicción que se hizo Copa del Mundo... Ambiente. Clima. Piso. Hostilidad. Intriga...Estudiantes le ganó a todo. ¿Si hubo fútbol en Manchester? Tal vez no. Pero de todos modos, en Manchester preocupaba poco...Lo que importaba realmente era esto: llegar a la vuelta triunfal frente a tribunas que seguían gritando: "Animals...animals..."

Sí. Yo sé que estoy aquí para ver un partido de fútbol. El que se va a jugar dentro de casi una hora, según mi reloj. Pero aquí ya empezó todo. Empezó la lluvia. O sigue la lluvia. Empezaron los cantos. Y siguen los cantos. Y esta barahúnda de relatores apiñados en lo alto de la platea en una promiscuidad de voces donde el acento argentino predomina sobre la minoría "extranjera"...

Este complicado y ruidoso mundo del télex y de la máquina de escribir que tiene palabras para el francés, para el italiano, para el inglés, para el brasileño, para el alemán...

Aquí están todos los cables del mundo que vibran en todo el mundo. Y allá enfrente siguen cantando. Y desde arriba sigue lloviendo. Y abajo, la banda de escoceses, con muchachas escocesas que bailan, con una bastonera escocesa que paraliza las gargantas incansables de allá enfrente... Y en medio del estadio todavía en sombras la irrupción de un grupo de buzos azules identificables...

Son ellos, los "animals"

Nosotros podemos ignorarlo pero, allá enfrente saben y por ese "animals" que resuena nos enteramos todos. Por ese "animals" que se prolonga durante algunos minutos. Mientras, los jugadores de Estudiantes tratan de "domesticar" el clima. Agrupándose frente a los de enfrente mientras se entregan colectivamente a la toma de notas fotográficas... Y cuando se encendieron las luces a pleno, el "animals" de la despedida alcanzó la acústica más estentórea... Asociando a ese "Nobby Stiles, Nobby Stiles", para recordar la imagen del varón ausente...

(...) La voz de Muñoz se mezcla con la de Fioravanti. Y la de "Cacho" Fontana con la de todos... Porque no hay cabinas y no hay luces, y hace frío. Y llueve. Pero hay un piso excepcional, aunque misteriosamente la zona de los arqueros apareció con agua... Manchester United al ataque. Al ataque que esperábamos todos. A esos primeros veinte minutos que temía Zubeldía, que temían todos. Pero no hay ni veinte, ni dos, ni uno... Estudiantes con el planteo que da el gol de ventaja y la desventaja del visitante. (...)

(...) Tiro libre de Madero casi sobre la bandera. La tira en comba aérea. La pelota pasada va a aterrizar en el segundo palo. Todo el mundo pegado al piso. Stepney pegado a la raya. Entra Conigliaro. Entra Togneri. Y esta vez alcanza Verón sin marca, y con los tres palos entregados para ubicar el cabezazo. Y es gol. (...) Es foul contra Estudiantes. Al reanudar el juego, la vacilación por el off-side del fondo argentino, y la entrada de Morgan que convierte sobre el achique de Poletti. Y es lo único que queda para concluir con el partido. Es el silbato final. Y la carrera de Poletti que abandona los tres palos a los saltos para llegar al medio de la cancha, inaugurando el epílogo de la gran fiesta... El laboratorio se olvida de las probetas y las fórmulas... Pero los de enfrente no se silencian. Estudiantes festeja frente a una corte que no quiere adherirse. Que sigue gritando su "animals", "animals", que sigue escupiendo su desprecio. Es un festejo sin alfombra y sin protocolo. (...) Es la vuelta de Manchester. Y en Manchester, y en Old Traf-ford... Es mentira el "fair-play". Sí, puedo asegurar que es mentira. Ese señor bien vestido que estaba a mi lado, que me miró con gesto duro, no aplaudía a los triunfadores... Es igual que en mi Mataderos, igual que en mi Avellaneda... No, aquí tampoco admiten que le ganen y menos ahí... Y yo sabía que esto iba a ocurrir aunque había visto a la gente entrar en el estadio en perfecta formación. Aunque yo había visto comprar su billete con una educación ejemplar... "Prohibido hablar castellano, señores". Quien hable "argentino" puede ser liquidado... Hay bandas que recorren las tribunas para la captura... (...)

No me fui irritado. Pasé otra vez por las puertas del vestuario. Clausurado por una doble guardia de agentes... Me levanté el cuello del piloto y me fui a instalar en el micro... Le pedí al chofer que me abriera la portezuela y mientras me echaba en un asiento le escuché que decía... "Thank you sir"... "No hay de qué" -le respondía con cortesía... Afuera, seguía lloviendo.




Fuente: Revista El Gráfico

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