sábado, 21 de mayo de 2011

Mal en todos lados

21.05.2011


Huracán perdía 2-0 en media hora y pintaba para una goleada. Pero un sector de la hinchada del Globo estalló contra la dirigencia, los jugadores y la gente del Pincha. Así obligó a que el árbitro Delfino lo suspendiera.

Desde antes del comienzo del partido entre Huracán y Estudiantes se vislumbraba cierta tensión en el ambiente. Primero por las explícitas necesidades del Globo y después por la indignación, también conocida, del público local con la dirigencia del club. No obstante, el clima terminó de calentarse cuando el Pincha marcó el segundo gol. Iban 28 minutos. Allí la gente enloqueció, comenzó a insultar a la comisión directiva, después a los jugadores y a tirar cosas a la cancha (sillas, palos, piedras). Algunos espectadores abandonaban el estadio por temor. Y con razón. Porque luego de ese descontrol inicial, la hinchada local se la agarró con la de Estudiantes, ante la impericia policial. A los 32, entonces, Germán Delfino lo suspendió tras un común acuerdo con los jugadores.

Antes de todas esas tristes escenas, hubo un partido. Un partido en el que no hubo equivalencias. El equipo de Berizzo, que llevaba once partidos sin ganar (incluyendo la Copa), aprovechó un horror del arquero Monzón en una salida y facturó a través de Pereyra, que andaba dando vueltas por ahí. Cinco minutos se habían jugador apenas. El Globo, quebrado desde lo anímico, no sólo no pudo reaccionar, si no que además entró en un desesperante dilema de ansiedades y frustración, que lo expuso al suicidio. El segundo llegó a los 28, tras una gran jugada de Enzo Pérez que Rodrigo López tradujo en gol con un cabezazo casi solitario al borde del área chica. Había olor a goleada. Y la hubo, pero en contra del fútbol.

Esta derrota parcial (habrá que ver si en algún momento se reanuda) ubica a Huracán en una situación angustiante. Y si Gimnasia llega a ganar ante el puntero Vélez lo mandará a descenso directo a falta de apenas cuatro fechas para el final del torneo.

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