Media hora le alcanzó ayer a Estudiantes para ganarle a las suspicacias, y en medio de tantas polémicas es saludable. Para el propio equipo albirrojo y para el fútbol en general. Lástima que la violencia entró en escena a los 32 minutos y todo se derrumbó, a tal punto que después de esperar un tiempo prudencial, el árbitro suspendió el encuentro. Ahora el tema será motivo de análisis del Comité Ejecutivo de la AFA, que deberá resolver con lo informado por Germán Delfino y las imágenes que ofreció la televisión.
Lo más probable, teniendo en cuenta los antecedentes en la materia, es que el encuentro que se interrumpió en cancha de Huracán se completará en día y escenario a confirmar, a puertas cerradas, porque es altamente probable que no se permita el ingreso de espectadores. Tal como sucedió en la reanudación de Vélez-San Lorenzo.
Mal la policía, porque entró en escena tarde, cuando en las tribunas se habían tirado de todo, y como se estableció antes, bien el conjunto albirrojo, que se desentendió de todo lo que rodeaba a este partido, porque los de Parque de los Patricios son el rival directo de Gimnasia en la tabla de los promedios, y fue a buscar el triunfo que necesitaba para interrumpir la racha de once presentaciones sin ganar.
Falta todavía completar el encuentro, es cierto, porque esto no va a terminar acá, pero Estudiantes le ganó a los malpensados, aunque eso le cause un beneficio a Gimnasia, que hoy enfrentará a Vélez con la tranquilidad de saber que el Globito, con quien juega un campeonato aparte en las últimas cinco fechas, está dos goles abajo en su cruce con la escuadra que dirige Eduardo Berizzo.
ERROR GARRAFAL
No había pasado nada de nada en el estadio Tomás A. Ducó cuando a los 6 minutos Hernán Rodrigo López apareció por la izquierda y metió un pelotazo al medio del área que parecía iba a morir en las manos de Gastón Monzón. Pero se equivocó feo el arquero, la pelota se le escapó de las manos y le quedó servida a Juan Pablo Pereyra, quien no tuvo más que empujarla al gol. Increíble el error, garrafal.
Y para un equipo golpeado como el que está en manos de Roberto Pompei, una situación de estas características es poco menos que terminal. La presión no tardó en bajar desde las tribunas, los nervios se metieron en el equipo para complicar más las cosas y cada jugada fue un verdadero problema. Una aparición de Rolando Zárate, a los 11 minutos, hizo pensar por un momento en el empate, pero la pelota se fue junto al palo de la mano izquierda de César Taborda.
Estudiantes copó la franja central, con el despliegue de Rodrigo Braña, y ganó terreno con las escaladas de Gabriel Mercado y principalmente de Raúl Iberbia por el otro carril. Y se mostró peligroso cada vez que llevó la pelota hasta los últimos metros del terreno, pues el RoRo López, volcándose a los costados, se convirtió en un buen asistidor y Juan Pablo Pereyra, tras el gol, mostró su mejor versión. Más Enzo Pérez, como enlace.
A los 15 minutos se lo perdió el uruguayo López, de cabeza, al llegar a un buen centro cruzado por Iberbia; a los 26 el que falló por centímetros fue Iberbia, quien también de cabeza ahora conectó un pase por arriba del RoRo; y cuando los albirrojos manejaban campo y pelota llegó el 2 a 0 que despertó a los más violentos.
Un pase largo de Braña fue dominado por Enzo Pérez en el borde del área, y el mendocino tras un par de amagues desacomodó al arquero y resolvió con un centro corto desde la derecha para la entrada limpia de Hernán Rodrigo López, que no falló. Iban 28 minutos y eso desencadenó lo peor, porque los hinchas de Huracán, tras decirle las peores cosas a sus jugadores, fue sobre la hinchada de Estudiantes, dando comienzo a incidentes que la policía observó sin actuar.
El árbitro esperó ocho minutos antes de decir basta, porque la violencia continuó y los encargados del operativo de seguridad no le dieron las garantías que necesitaba.
Fuente: Diario EL DIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario