IBAGUE, Colombia.- El empate en definitiva le sirvió anoche a Estudiantes para conseguir lo que fue a buscar hasta Ibagué: la clasificación para los octavos de final de la Copa Libertadores. Eso si: un increíble error de Nelson Benítez, que significó un penal, le complicó mucho el panorama en un partido que hasta la media hora del primer tiempo el Pincha manejaba con comodidad. La igualdad de los colombianos postergó de ese modo la serie de movidas que, ganando, Eduardo Berizzo podía llevar a la práctica ya con la cabeza metida en el partido del domingo que viene contra Boca, en la Bombonera, por el torneo Clausura, el otro frente que debe atender el equipo albirrojo.
Estudiantes se hizo cargo del juego desde el vamos. Acaparó la pelota, aseguró su traslado y le imprimió velocidad a las jugadas a partir de la dinámica de Enzo Pérez. Criterioso Juan Sebastián Verón para ordenar, aunque con una escasa participación en lo que respecta a la generación. Lo mismo Leandro Benítez, quien terminó siendo el socio de la Brujita ante las obligadas ausencias de Rodrigo Braña y Matías Sánchez. No le sobró juego al Pincha, es cierto, pero con poquito le alcanzó para certificar las debilidades del rival en la última línea.
Deportes Tolima pretendió en un comienzo dar pelea de igual a igual, llevando la pelota por abajo. Una cosa que rápidamente quedó desarticulada. Entonces, lo que trató de ser un traslado de la pelota al pie se transformó en pelotazos a la espalda de Nelson Benítez. Le ganó Wilder Medina en el primer pique por derecha a los 20 minutos y eso le abrió el camino al conjunto colombiano a un sistema de ataque que reiteró hasta el final. Con cierto peligro, ya que los visitantes no encontraron el modo de cerrar ese lateral.
No fue conductor Leandro Benítez, aunque de su pie izquierdo nacieron las mejores jugadas que Estudiantes dibujó con pelota parada. Y una de ellas, a los 23 minutos, desembocó en el 1 a 0. El Chino le pegó desde la izquierda, en tres cuartos, y el centro viajó por arriba hasta la cabeza de Federico Fernández, quien conectó la pelota arriba, de pique al suelo. Pique y gol, ante la mirada de un arquero que se quedó pegado en la línea de gol. Tiro libre, cabezazo y adentro. La fórmula que cambia protagonistas pero que no pierde vigencia.
En ventaja, frente a un rival sin fundamentos serios, el Pincha ya se podía poner a pensar en el partido de Boca. Pero todas esas especulaciones se derrumbaron cuando a los 31 minutos Nelson Benítez cometió una torpeza mayúscula. Fue a buscar por atrás un centro cruzado desde la izquierda, con el respaldo de Iberbia, que llegaba anticipando a un delantero, y en vez de cabecear al corner o incluso dejar pasar el balón, levantó el brazo y lo utilizó para resolver la situación con un manotazo que vio todo el estadio. Penal que nadie discutió y empate de Félix Noguera, que engañó a Agustín Orión con remate a la derecha del arquero.
El 1 a 1 golpeó el ánimo de los albirrojos, que de pronto perdieron el control de la situación. En contraposición, Deportes Tolima, que hasta aquí no había mostrado nada de nada, manejó mayor tiempo la pelota e incluso inquietó con pelotazos cruzados, en especial de izquierda a derecha, para explotar la espalda de Nelson Benítez.
No logró retomar su mejor nivel Estudiantes en el segundo tiempo. Los colombianos complicaron con Medina y la velocidad de Danny Montoya, y el Pincha, con un Enzo Pérez menos participativo, debió esperar alguna jugada de pelota parada. Hubo un tiro libre de la Brujita y un par de cabezazos tras tiros libres servidos por el Chino. Casi nada. Se equivocó el árbitro al no expulsar a Medina, que mereció la tarjeta roja por una mano en el área de enfrente estando ya amonestado. Y de última se la jugó Tolima, con más ganas que juego.
Estudiantes se hizo cargo del juego desde el vamos. Acaparó la pelota, aseguró su traslado y le imprimió velocidad a las jugadas a partir de la dinámica de Enzo Pérez. Criterioso Juan Sebastián Verón para ordenar, aunque con una escasa participación en lo que respecta a la generación. Lo mismo Leandro Benítez, quien terminó siendo el socio de la Brujita ante las obligadas ausencias de Rodrigo Braña y Matías Sánchez. No le sobró juego al Pincha, es cierto, pero con poquito le alcanzó para certificar las debilidades del rival en la última línea.
Deportes Tolima pretendió en un comienzo dar pelea de igual a igual, llevando la pelota por abajo. Una cosa que rápidamente quedó desarticulada. Entonces, lo que trató de ser un traslado de la pelota al pie se transformó en pelotazos a la espalda de Nelson Benítez. Le ganó Wilder Medina en el primer pique por derecha a los 20 minutos y eso le abrió el camino al conjunto colombiano a un sistema de ataque que reiteró hasta el final. Con cierto peligro, ya que los visitantes no encontraron el modo de cerrar ese lateral.
No fue conductor Leandro Benítez, aunque de su pie izquierdo nacieron las mejores jugadas que Estudiantes dibujó con pelota parada. Y una de ellas, a los 23 minutos, desembocó en el 1 a 0. El Chino le pegó desde la izquierda, en tres cuartos, y el centro viajó por arriba hasta la cabeza de Federico Fernández, quien conectó la pelota arriba, de pique al suelo. Pique y gol, ante la mirada de un arquero que se quedó pegado en la línea de gol. Tiro libre, cabezazo y adentro. La fórmula que cambia protagonistas pero que no pierde vigencia.
En ventaja, frente a un rival sin fundamentos serios, el Pincha ya se podía poner a pensar en el partido de Boca. Pero todas esas especulaciones se derrumbaron cuando a los 31 minutos Nelson Benítez cometió una torpeza mayúscula. Fue a buscar por atrás un centro cruzado desde la izquierda, con el respaldo de Iberbia, que llegaba anticipando a un delantero, y en vez de cabecear al corner o incluso dejar pasar el balón, levantó el brazo y lo utilizó para resolver la situación con un manotazo que vio todo el estadio. Penal que nadie discutió y empate de Félix Noguera, que engañó a Agustín Orión con remate a la derecha del arquero.
El 1 a 1 golpeó el ánimo de los albirrojos, que de pronto perdieron el control de la situación. En contraposición, Deportes Tolima, que hasta aquí no había mostrado nada de nada, manejó mayor tiempo la pelota e incluso inquietó con pelotazos cruzados, en especial de izquierda a derecha, para explotar la espalda de Nelson Benítez.
No logró retomar su mejor nivel Estudiantes en el segundo tiempo. Los colombianos complicaron con Medina y la velocidad de Danny Montoya, y el Pincha, con un Enzo Pérez menos participativo, debió esperar alguna jugada de pelota parada. Hubo un tiro libre de la Brujita y un par de cabezazos tras tiros libres servidos por el Chino. Casi nada. Se equivocó el árbitro al no expulsar a Medina, que mereció la tarjeta roja por una mano en el área de enfrente estando ya amonestado. Y de última se la jugó Tolima, con más ganas que juego.
Fuente: Diario EL DIA