La agitada e inusual jornada en City Bell no concluyó con la imagen de Alejandro Sabella retirándose en su auto particular del Country Club de City Bell mientras un nutrido grupo de hinchas le pedía a través de distintos cánticos y palabras de apoyo y aliento que no se fuera de Estudiantes. El respaldo de los simpatizantes albirrojos continuó a lo largo de la tarde, primero en la sede de calle 53 y luego en la puerta de la casa del entrenador.
La convocatoria hecha por los hinchas pincharratas tuvo su punto de inicio alrededor de las seis de la tarde cuando un importante número de personas se acercó hasta la sede de Estudiantes para manifestarse y hacer foco, en un principio, contra la dirigencia del club. Los principales cuestionamientos e insultos partieron contra las máximas autoridades, pese a que la tónica de la movilización terminó centrándose en el incondicional apoyo hacia Pachorra, a quien alentaron en todo momento al grito de "Que este año de la mano de Sabella la vuelta vamos a dar" y "Sabella es del Pincha y del Pincha no se va".
No todo terminó allí. El cariño, el respeto y el eterno agradecimiento de la gente de Estudiantes hizo que un centenar de hinchas se trasladaran en autos particulares y combis hasta la localidad de Tolosa, donde el técnico reside, para esperar a Sabella y pedirle en persona, cara a cara, que no se fuera. El pedido no varió, fue el mismo, fue aquel que retumbó en City Bell, aquel que se escuchó en la sede.
Minutos antes de las siete, la figura de Pachorra asomó por la esquina de su hogar y fue ahí cuando los hinchas pudieron tomar contacto con el DT para brindarle su apoyo, pedirle que no tome la decisión de irse y, entre abrazos y alguna que otra sonrisa (con un semblante distinto al que dejó el coach en el Country Club de City Bell), Sabella dejó abierta la puerta de la ilusión cuando alguien le dijo "Qué vas a hacer, no te podés ir"; a lo que él sólo respondió con un"no sé".
No todo terminó allí. El cariño, el respeto y el eterno agradecimiento de la gente de Estudiantes hizo que un centenar de hinchas se trasladaran en autos particulares y combis hasta la localidad de Tolosa, donde el técnico reside, para esperar a Sabella y pedirle en persona, cara a cara, que no se fuera. El pedido no varió, fue el mismo, fue aquel que retumbó en City Bell, aquel que se escuchó en la sede.
Minutos antes de las siete, la figura de Pachorra asomó por la esquina de su hogar y fue ahí cuando los hinchas pudieron tomar contacto con el DT para brindarle su apoyo, pedirle que no tome la decisión de irse y, entre abrazos y alguna que otra sonrisa (con un semblante distinto al que dejó el coach en el Country Club de City Bell), Sabella dejó abierta la puerta de la ilusión cuando alguien le dijo "Qué vas a hacer, no te podés ir"; a lo que él sólo respondió con un"no sé".
Fuente: PinchaPasion
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