24.02.2011
Con el ingreso de Leandro González, desde el arranque del partido,  Eduardo Berizzo sorprendió a todos. Claro que al margen de los nombres,  la mayor sorpresa fue el esquema táctico que implementó el técnico de  Estudiantes para enfrentar a Tolima. En cancha paró un 4-4-2, cuando el  equipo albirrojo venía jugando con un sistema de 3-4-2-1.
Con  Mercado, Fede Fernández, Desábato y Roncaglia en el fondo; Enzo Pérez,  Braña, la Brujita Verón y Pablo Barrientos en el mediocampo; la Gata  Fernández y Leandro González arriba; Estudiantes se tornó en un equipo  demasiado previsible para un rival como el colombiano que supo  aprovechar sobre todo en la primera etapa ciertas fisuras en la  estructura estudiantil.
Se vio un conjunto albirrojo muy estático  en todas sus líneas. Salvo cuando cambiaron de posiciones Pérez y  Barrientos. El Pitu pasó a la izquierda y Enzo para la derecha; mientras  que Mercado y Roncaglia se limitaron a cuidar las bandas, porque  prácticamente no cruzaron la frontera de la mitad de cancha sobre todo  en lo que respecta al Torito, que con sus subidas se ha transformado en  una de las cartas ofensivas estudiantiles.
En ciertos momentos,  Estudiantes fue un equipo híbrido, con pocas ideas, muy distinto a aquel  cuadro que hace poquito se consagró campeón del torneo Apertura 2010.  Careció de volumen de juego, ya que estuvieron ausentes las sociedades  para la creación de fútbol contra un Tolima que otra vez con pelotazos  largos volvió a evidenciar ciertas fallas en el fondo sobre todo por el  lado de Fede Fernández.
El partido con Tolima dejó una sensación  extraña: por qué Estudiantes fue a jugar a Brasil en forma alocada con  defensores que abandonan sus posiciones para irse al ataque y quedando  expuesto a los contragolpes del Cruzeiro que le valieron perder por una  goleada histórica. En cambio ayer terminó siendo un conjunto más  contenido, pese a actuar de local, y respetando demasiado a rival, que a  priori aparece con quien Estudiantes tendrá que pelear la clasificación  a la siguiente fase.
Esa derrota en la ciudad de Siete Lagunas  dejó heridas abiertas, que se irán cicatrizando con el paso del tiempo y  también una lección. Por ahí, Berizzo pensó que con este esquema el  equipo irá tomando confianza y que ayer se tenía que ganar de cualquier  manera. Está bien se quedó con los tres puntos, aunque no gustó para  nada, pero como se dice cada técnico tiene su receta.
Fuente: Diario EL DIA

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