Con su forzado rearmado táctico, el Pincha es, a esta altura, quien menos goles recibió en los últimos años: 4.
Se ha gastado mucha tinta para remarcar que la falta de un 9 de área ha derivado en distintas variantes tácticas en procura de compensar esa debilidad. Y vaya si la ha compensado, pues Estudiantes es el equipo que menos goles en contra recibió, 4, y no hay registro cercano de otro que a esta altura, disputada la 12a fecha, haya recibido tan pocos.
¿Es casualidad? ¿Cuáles son las razones? “Sufrimos muchas bajas de jugadores de jerarquía, y eso hizo que Alejandro Sabella hiciera hincapié en poner más volantes y que los defensores estuviéramos más cerca de ellos. Es decir, arriesgar un poco más pero no defender tan cerca del arco”, explica Leandro Desábato, baluarte del fondo. Entonces, en este torneo, las variantes tácticas sirvieron como cerrojo. Pero Estudiantes es el que menos goles recibió en los últimos cinco años. Más, en el torneo pasado, acaso el de mayor lujo ofensivo del último lustro, y con el arco menos vencido ( junto a Godoy Cruz, con 14). “En el proyecto se remarca la solidez –dice el Chavo-, no ser equipo largo, que los rivales no la agarren de frente al arco. Ese mecanismo está internalizado y automatizado; está todo muy claro”.
¿De quién es el mérito, entonces? Cambian nombres (se fueron Cellay, Angeleri, Clemente; subieron Fede Fernández y Rojo), varían los sistemas (de línea de cuatro a línea de tres o cinco), y lo que no cambia es la estructura. “El equipo tiene una predisposición para presionar, pero todos. No se concibe que aunque sea delantero, no corra ni esté bien ubicado, porque a veces no es necesario correr mucho sino ocupar el espacio indicado”, reflexiona Desábato a modo de máxima. La respuesta, entonces, está en el tiempo, en la idea y en el convencimiento.
Fuente: Olé
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