29.11.2010
Trastabilla pero no se cae. Juega mal, pero gana. La pasa mal, pero nadie se lo lleva por delante. Se le animan los "pibes", como ayer los de Independiente, pero al final es él, el que factura.
Es que este Estudiantes está enamorado de la punta, lleva del brazo a la diosa fortuna y en el Libertadores de América, jugando un partido horroroso, como hacía mucho tiempo no se le veía, le cantaron un pleno en el final y dio otro paso más -sin duda que muy importante- que lo acerca a lo que tanto lo incentiva y lo desvela: el campeonato.
Ganó ayer porque en el arranque Juan Pablo Pereyra recibió un regalo impensado (un mal rechazo de Barcia) y, con el arco libre, no tuvo problemas para marcar. Después Independiente lo golpeó en el amanecer del complemento con un buen gol de Nicolás Martínez, pero en el cierre, cuando desesperaba, un cabezazo increíble (por su factura) de Gastón Fernández, luego de un centro de Rodrigo López desde la derecha, le permitió dar vuelta un partido complicado, no solo por lo que propuso el local, sino por lo mal que jugó el equipo albirrojo.
En esto, el jugar mal, todos coincidieron en que fue así. Jugadores y cuerpo técnico fueron coincidentes en ésto, pero si viene al caso, lo que cuenta en este tramo final del torneo es ganar, y lo demás es "bijouterie", o mejor, errores que merecerán una atención especial desde mañana, en que el plantel regresará a los entrenamientos en City Bell.
Se esperaba otra cosa de Estudiantes. En especial luego de ese regalo de Barcia que aprovechó bien Pereyra para abrir el marcador a los 11'; pero el Estudiantes de ayer cargaba una mochila repleta de falencias y, entre otras cosas, raro en él, dejó que Independiente le manejara la pelota. Y, al ganar en confianza, los pibes del "muletto" se envalentonaron y fueron por el empate, que bien pudieron haber conseguido en el primer tiempo de no haber mediado un buen trabajo de los defensores, con Ré como abanderado. Si hasta un tiro largo de Pellerano fue a dar en el ángulo superior izquierdo del arco de Orión.
Lo que se esperaba, por caso, era que Braña y Verón estuvieran tan extraviados e imprecisos en el campo de juego. Corrían permanentemente detrás de la pelota y, cuando la conseguían, generaban poco o nada de juego.
Fuera de circuito sus referentes, a la visita todo le costaba el doble, ni hablar de llegar con peligro hasta Gabbarini de no ser por algún error del fondo local, que los tenía, o con algún desborde de Mercado o Rojo por los costados.
Lo que no contaba Sabella era que el local le empatara a poco de iniciado el complemento, luego de una muy buena jugada en ataque que terminó con un centro de Iván Pérez desde la izquierda y que resolvió con un soberbio remate alto Nicolás Martínez, el hermano del "Burrito" de Vélez, que resultó inatajable para Orión.
Para tener la pelota y darle una mano a Braña y Verón, ingresó Benítez por Pereyra, y si bien pareció que el Rojo podía venírsele encima, porque su arranque en el medio era muy bueno cuando triangulaban Martínez, Gracián, Patricio Rodríguez y Jorge Pérez, lo cierto es que luego languidecía por falta de profundidad.
El partido entonces se emparejó hacia abajo, menudearon las imprecisiones y las infracciones. Estudiantes comenzó a mostrar síntomas de cansancio, las piernas no respondían y la lucidez era cada vez menos.
Pero el puntero siempre puede dar una sorpresa. Con el uruguayo López en la cancha, nadie esperaba que a los 40' llegara hasta el fondo por derecha, se acomodara y metiera un centro por arriba al corazón del área. que cabeceó la Gata Fernández de manera poco ortodoxa, pero la pelota se elevó y cayó bombeada cerca del palo izquierda, superando el esfuerzo de Gabbarini que esperaba otra cosa y no esa resolución del ex Rácing, que con su festejo hizo estallar de ira a la parcialidad local.
Quedaba otro hecho negativo, al margen de la pobre demostración futbolística del puntero. La expulsión de Enzo Pérez, autor de una fuerte con innecesaria infracción desde atrás. Se ganó la roja directa, justo cuando era más necesario por lo que estaba jugando y por lo mucho que el equipo se jugará en los próximos tres partidos.
Estudiantes llegó a los 36 puntos, cinco más que Vélez que el martes completará la fecha recibiendo en Liniers a Tigre.
Fuente: Diario EL DIA
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