La llegada de delanteros a Estudiantes parece ser, a esta altura, el cuento de la buena pipa. Desde aquellas frustradas negociaciones en la previa del Mundial de Clubes al actual mercado de pases, mucha agua pasó bajo el puente. Es verdad que también el equipo logró el título en el Apertura, pero ningún dirigente podrá negar que el riesgo de jugar sin un nuevo es muy alto.
Alejandro Sabella ya sabe lo que es sufrir esa ausencia. En Abu Dhabi improvisó a Maxi Núñez y el año pasado hizo milagros para que la ausencia de Rodrigo López no se notara tanto, con Leandro González, Pereyra, el propio Núñez y hasta con el juvenil Carlos Auzqui.
Pero ahora, si bien el uruguayo está mejor de su lesión y, según parece, jugará buena parte del campeonato, resulta imprescindible que algún jugador de características de área llegue al club, teniendo en cuenta que el Pincha jugará con la misma intensidad la Copa Libertadores y el Clausura.
Es verdad que todavía se escuchan los festejos de Marcelo Malaspina cuando López marcó aquellos dos goles que le dieron el título al equipo en uno de sus pocos momentos en cancha. Pero, claro está, el riesgo es demasiado grande.
Por lo pronto, Alejandro Sabella ya empezó a poner el grito en el cielo. El sábado no quiso responder a la pregunta por el delantero. Se llamó a silencio, un silencio que hizo ruido.
Fuente: Diario HOY
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