En medio de los festejos, surgen las primeras reflexiones. Ahora es el turno del cuerpo técnico
Toda buena campaña que desemboca en una consagración exitosa tiene un secreto.
En el caso de Estudiantes, hay una gran cantidad de factores que servirían para analizar el desenlace que tuvo el equipo en el torneo Apertura 2010. Sin embargo, todos podrían resumirse en la humildad y el sacrificio que mantuvieron sus protagonistas a lo largo del semestre, pese a los innumerables contratiempos que se fueron presentando.
Claudio Gugnali, Julián Camino y Pablo Blanco fueron el sostén de un cuerpo técnico que tenía como cabeza pensante a Alejandro Sabella. Nada menos.
El resultado, entonces, fue encontrar un equilibrio justo y necesario para superar las adversidades y salir adelante en partidos que se presentaron como verdaderas batallas.
“La clave fue mantener la humildad y sentido de pertenencia”, reveló Gugnali, un hombre comprometido históricamente con Estudiantes y vinculado a región por su pasado en Ensenada.
Y si de sentido de pertenencia se habla, el círculo se completa con Julián Camino, más identificado con Berriso -una localidad vecina- y su interminable amor a Villa San Carlos.
Camino fue otra de patas del cuerpo técnico de Sabella, que desde hace varios años está radicado en La Plata.
Precisamente al entrenador albirrojo lo termina de rodear Pablo Blanco, oriundo de Bavio, pero ya establecido en La Plata. “Acá es toda gente laburante que nunca cambió por el éxito. Ahora, como el año pasado, vamos a tener que renovar los objetivos”, contó el profesor.
Todos juntos edificaron la campaña que llevaron adelante los jugadores. El éxito, entonces, estuvo garantizado.
Fuente: Diario HOY
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