No levanta Estudiantes. Ni aún recuperando en parte la buena memoria, como anoche ente Lanús, que sigue invicto y se trepó a la punta del campeonato con su victoria (2-1) ante este declinante equipo albirrojo, que sumó su tercer caída en el Apertura.
El bajo rendimiento general no le permite a Estudiantes escaparle a este mal momento que lo tiene retenido en el fondo de la tabla, tras jugarse las primeras cinco fechas.
El equipo de Miguel Angel Russo funcionó medianamente en el primer tiempo, como que se fue al descanso perdiendo inmerecidamente, pero luego en el complemento no dio el paso adelante y se entregó mansamente a su suerte.
El equipo asoma desesperanzado, no puede cambiar la actitud, dar ese golpe de timón que le permita erguirse nuevamente futbolísticamente.
Lanús, que desniveló con golazos de Mario Regueiro y Silvio Romero, bien pudo haber ampliado la ventaja en el complemento a través del contragolpe, como que transformó en figura al golero Albil. La visita empató transitoriamente tras una carambola que gestaron Leandro Benítez y Mariano González, a quien le dieron la conquista que, los albirrojos, casi no pudieron disfrutar ya que el local lo desbordó enseguida.
Ni siquiera pudo Estudiantes acomodarse a ese transitorio empate, tras esa carambola gestada entre el Chino Benítez y Mariano González, porque en la réplica el granate volvió a ponerse arriba con un tanto de su goleador Silvio Romero, y otra vez el equipo de Miguel Angel Russo tuvo que volver a empezar.
Pero entre la apertura, a través de un golazo de Mario Regueiro, y el segundo de Romero, el equipo albirrojo hizo un ponderable esfuerzo para llevar la iniciativa, jugar asociadamente y ser punzante.
Y lo consiguió en muchos pasajes del primer tiempo, tan es así que hasta se antojó como inmerecido el premio que los locales se llevaron transitoriamente al vestuario, porque la visita llegó, y bastante, hasta Marchesín, que se anduvo revolcando de continuo y hasta el travesaño le jugó a favor ya que allí, a los 5', fue a estrellarse un derechazo a colocar del colombiano Carbonero.
Pero llegó también Boselli, incluso el muy activo Mariano González y hasta se animó el Colorado Ré, todo en base a mucha entrega y predisposición. Pero así como todo era esforzado para los albirrojos, al granate ese accionar punzante y de pocos toques le permitía tener un tránsito rápido por el medio con llegada clara al área de enfrente. Allí estuvo centrada la diferencia.
La apertura se gestó con un golazo. Córner de Carranza, pasado al segundo palo, para que Regueiro la empalmara de zurda para dejar sin chance a Albil.
Estudiantes lo empardó con un zurdazo desde lejos del Chino Benítez que pegó en Mariano González y la pelota se le metió a Marchesín contra su palo derecho. Y el segundo del local fue excelente, con toque de Pereyra a Camoranesi que se filtró al área por derecha para tocar hacia la izquierda para que Romero, con toque de zurda, pusiera otra vez arriba al local.
Por el desarrollo, Estudiantes no merecía estar abajo en el tanteador. Pero falló en la contención en el medio, se mostró permeable atrás y la velocidad y precisión del local hizo el resto.
Aquella actitud albirroja del primer tiempo no tuvo el mismo correlato en el complemento. El equipo dejó de estar preciso con la pelota, declinaron sus individualidades y, si bien siempre se mantuvo en partido porque el local también declinó, lo cierto es que solamente a través de las jugadas con pelota detenida lo mantuvieron expectante a la visita para abrazarse al empate, pero cada una de esas chances no la supo explotar a pleno.
Y a Lanús le quedó servida la posibilidad del contragolpe, que fue profundo es cierto, pero en donde sus intentonas siempre fueron a morir en la seguridad que hizo gala Damián Albil.
Los cambios también conspiraron contra la intensidad de las acciones, y solamente el ingreso de la Gata Fernández le dio a Estudiantes una clara superación en el juego en el medio, pero por entonces ya el equipo había declinado claramente.
El bajo rendimiento general no le permite a Estudiantes escaparle a este mal momento que lo tiene retenido en el fondo de la tabla, tras jugarse las primeras cinco fechas.
El equipo de Miguel Angel Russo funcionó medianamente en el primer tiempo, como que se fue al descanso perdiendo inmerecidamente, pero luego en el complemento no dio el paso adelante y se entregó mansamente a su suerte.
El equipo asoma desesperanzado, no puede cambiar la actitud, dar ese golpe de timón que le permita erguirse nuevamente futbolísticamente.
Lanús, que desniveló con golazos de Mario Regueiro y Silvio Romero, bien pudo haber ampliado la ventaja en el complemento a través del contragolpe, como que transformó en figura al golero Albil. La visita empató transitoriamente tras una carambola que gestaron Leandro Benítez y Mariano González, a quien le dieron la conquista que, los albirrojos, casi no pudieron disfrutar ya que el local lo desbordó enseguida.
Ni siquiera pudo Estudiantes acomodarse a ese transitorio empate, tras esa carambola gestada entre el Chino Benítez y Mariano González, porque en la réplica el granate volvió a ponerse arriba con un tanto de su goleador Silvio Romero, y otra vez el equipo de Miguel Angel Russo tuvo que volver a empezar.
Pero entre la apertura, a través de un golazo de Mario Regueiro, y el segundo de Romero, el equipo albirrojo hizo un ponderable esfuerzo para llevar la iniciativa, jugar asociadamente y ser punzante.
Y lo consiguió en muchos pasajes del primer tiempo, tan es así que hasta se antojó como inmerecido el premio que los locales se llevaron transitoriamente al vestuario, porque la visita llegó, y bastante, hasta Marchesín, que se anduvo revolcando de continuo y hasta el travesaño le jugó a favor ya que allí, a los 5', fue a estrellarse un derechazo a colocar del colombiano Carbonero.
Pero llegó también Boselli, incluso el muy activo Mariano González y hasta se animó el Colorado Ré, todo en base a mucha entrega y predisposición. Pero así como todo era esforzado para los albirrojos, al granate ese accionar punzante y de pocos toques le permitía tener un tránsito rápido por el medio con llegada clara al área de enfrente. Allí estuvo centrada la diferencia.
La apertura se gestó con un golazo. Córner de Carranza, pasado al segundo palo, para que Regueiro la empalmara de zurda para dejar sin chance a Albil.
Estudiantes lo empardó con un zurdazo desde lejos del Chino Benítez que pegó en Mariano González y la pelota se le metió a Marchesín contra su palo derecho. Y el segundo del local fue excelente, con toque de Pereyra a Camoranesi que se filtró al área por derecha para tocar hacia la izquierda para que Romero, con toque de zurda, pusiera otra vez arriba al local.
Por el desarrollo, Estudiantes no merecía estar abajo en el tanteador. Pero falló en la contención en el medio, se mostró permeable atrás y la velocidad y precisión del local hizo el resto.
Aquella actitud albirroja del primer tiempo no tuvo el mismo correlato en el complemento. El equipo dejó de estar preciso con la pelota, declinaron sus individualidades y, si bien siempre se mantuvo en partido porque el local también declinó, lo cierto es que solamente a través de las jugadas con pelota detenida lo mantuvieron expectante a la visita para abrazarse al empate, pero cada una de esas chances no la supo explotar a pleno.
Y a Lanús le quedó servida la posibilidad del contragolpe, que fue profundo es cierto, pero en donde sus intentonas siempre fueron a morir en la seguridad que hizo gala Damián Albil.
Los cambios también conspiraron contra la intensidad de las acciones, y solamente el ingreso de la Gata Fernández le dio a Estudiantes una clara superación en el juego en el medio, pero por entonces ya el equipo había declinado claramente.
Fuente: Diario EL DIA
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