26.09.2011
No escarmienta Estudiantes. Y sigue tropezando con la misma piedra. Y las derrotas solamente agravan las heridas que están abiertas y que ya resultan muy difíciles de restañar.
Otra vez los errores propios más que las virtudes del rival le volvieron a jugar una mala pasada, ahora ante Belgrano de Córdoba -que suma catorce partidos sin perder de visitante, y llegó a los 16 puntos- y lo volvieron a dejar con las manos vacías, por sexta vez en este Apertura, en donde el equipo albirrojo, de 27 puntos en juego, solamente ha rescatado cinco, en una campaña que ya tiene alarmado a todo el mundo.
Además, por si fuera poco, lo golpean de entrada, pero el rival saca provecho generalmente de sus errores y, cuando quiere remontar, a aquellos errores defensivos se le suman los ofensivos, con el agregado de una carencia de volumen de juego que, a esta altura, es más que preocupante.
Dos errores de Cellay le permitieron a Belgrano irse al descanso ganando por 2 a 0. En la primera acción, el defensor le entregó mal una pelota a su arquero, que acababa de dar un rechazo largo tras un remate de Vazquez, y cuando dudaban Silva y el propio Cellay, apareció Guillermo Farré para tocar el balón a la red.
Este resultó un golpe tremendo, que le costó un cuarto de hora asimilar a los locales. Que dispuso de una chance inmejorable para abrazarse al empate cuando, a los 25', el propio Farré cometió un penal (mano), que lo marginó del partido, ya que fue expulsado por último recurso.
La Gata Fernández lo quiso fusilar a Olave con un remate potente de derecha, pero el arquero arrojándose hacia su derecha consiguió desviar el balón.
Otro golpe más, que lo dejó obnubilado. Y ya las cosas, aún con un hombre más en la cancha, se le hizo cuesta arriba. Y para completar un primer tiempo para el olvido, otra vez Cellay dudó en otra pelota, que le ganó el Picante Pereyra que, cuando enfrentó a Silva, fue fauleado por éste.
El penal lo ejecutó Mansanelli, aún en forma imperfecta ya que golpeó su botín contra el piso, pero su remate recto y bajo superó al Gordi Silva que se jugó hacia su derecha.
Este ya no fue un golpe. Tuvo el efecto de un mazazo. Y para el complemento la cuestión pasaba por potenciar la ofensiva, aún a despecho que el rival podía sorprenderlo con algún contragolpe.
El Rayo Fernández, entonces, relevó al Mago Coria y se ubicó bien sobre la derecha, como para abrir a la defensa cordobesa que, por supuesto, se reforzó aún más. Aquel dibujo inicial 4-4-1-1, tras la expulsión de su volante central, pasó a transformarse en un 4-4-1, y todo lo que hizo Belgrano fue tratar de hacerle difícil la llegada de Estudiantes hasta Olave.
Llegaron entonces los centros, los pelotazos, algunas evoluciones individuales sin mucho peso, y así la visita lo fue controlando hasta que, a los 26' Pier Barrios le cometió penal a Mauro Fernández, a quien agarró cuando se filtraba por enésima vez al área por la derecha.
Cambió el ejecutante, y Verón clavó la pelota arriba, contra el palo izquierdo de Olave. Estudiantes volvía a meterse en el partido, y aún con tiempo para llegar al empate. Pero evidentemente tiene un espíritu de autodestrucción porque su técnico lo sacó a Cellay para poner al colombiano Zapata, y se quedó sin velocidad atrás para controlar las veloces réplicas del Pirata cordobés, como ocurrió a los 30' cuando el Mudo Vázquez, el jugador más valioso anoche en el Centenario quilmeño, encabezó un contragolpe por el medio para habilitar luego a Grana (relevo de Mansanelli) que entró libre por derecha y luego tiró la pelota por arriba de Silva para sellar el resultado.
Fuente: Diario EL DIA
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