Desde anoche la Copa Argentina pasó a ser un amargo recuerdo para Estudiantes, cuyo equipo alternativo no pudo doblegar en los 90' reglamentarios a Deportivo Merlo (Primera B Nacional), y tampoco pudo con el Charro en la definición con remates desde el punto del penal, en donde cayó por 5-4, y se perdió de embolsar los 300 mil pesos que había de recompensa para quien accediera a los octavos de final.
El primer penal lo marró Leandro Benítez anoche en la cancha de Quilmes, y fue el presagio de lo que vendría después. Lo que arrancó torcido (el equipo jugó muy mal) se prolongó luego en esa resolución a través de los remates desde el punto del penal.
Si bien, sucesivamente, acertaron Mariano González, Leo Jara, Facundo Coria y Mauro Boselli, cuando se llegó a la instancia de un penal por equipo, donde no se podía fallar, asomó la figura del arquero Darío Capogrosso que le contuvo sucesivamente los envíos a Mauro Fernández y al capitán Leandro Desábato.
Para el equipo de Néstor Ferraresi convirtieron Ferro, Arrigo, Sequeira y Friedrich, en la primera serie de cinco, y la contención que hizo Albil del envío de De Muner, le dio la posibilidad de seguir con vida al conjunto albirrojo. Pero más allá que el capitán Delgado desvió su envío sobre el palo derecho , el acierto del juvenil Menéndez le dio a Merlo el festejo alborozado y el pase a octavos de final en donde enfrentará a Sarmiento de Junín, que le ganó ayer a Colón por 1 a 0.
En lo que hace al partido en sí, Estudiantes se manejó con cierta displicencia y eso le hizo cometer muchos errores, Las imprecisiones estuvieron a la orden del día, no tuvo volumen de juego y, en lo que hace a lo ofensivo, la primera llegada la generó pasada la media hora, con un remate cruzado de Boselli que Capogrosso rechazó contra su palo izquierdo.
Precisamente Boselli estuvo muy aislado del resto. No funcionaron Mariano González ni Facundo Coria. Joselo Fernández y Carlos Auzqui poco menos que faltaron a la cita, y los laterales (Modón y Tarabini) pasaron poco al ataque. Dentro de ese panorama lo suyo fue muy pobre, algo que se prolongó en el complemento ya que ni los cambios permitieron modificar esa imagen.
El rival propuso algo más, propuso un juego de marca y fricción en donde sacó algo de ventaja pero a la hora de pisar el área rival, si bien lo hizo un par de veces, tampoco resolvió bien.
Al equipo del Vasco Azconzábal le costó ayer desnivelar. Lo pudo haber hecho a los 9' del complemento con un remate de mediavuelta de Boselli, que se fue por sobre el travesaño, y nada más.
Estudiantes no le pudo encontrar la vuelta al partido. Un poco por sus limitaciones e individualidades que tuvieron anoche un vuelo muy bajo, y porque su entusiasta rival, aun exausto, siempre se las ingenió para hacerle difícil el tránsito hacia Capogrosso.
La Copa Argentina era un objetivo que Estudiantes se había propuesto transitar con intención de llegar lo más lejos posible, pero su andar se frenó bruscamente anoche en el estadio quilmeño, en la definición por penales, en donde estuvo tan errado como durante el desarrollo del tiempo reglamentario.
El primer penal lo marró Leandro Benítez anoche en la cancha de Quilmes, y fue el presagio de lo que vendría después. Lo que arrancó torcido (el equipo jugó muy mal) se prolongó luego en esa resolución a través de los remates desde el punto del penal.
Si bien, sucesivamente, acertaron Mariano González, Leo Jara, Facundo Coria y Mauro Boselli, cuando se llegó a la instancia de un penal por equipo, donde no se podía fallar, asomó la figura del arquero Darío Capogrosso que le contuvo sucesivamente los envíos a Mauro Fernández y al capitán Leandro Desábato.
Para el equipo de Néstor Ferraresi convirtieron Ferro, Arrigo, Sequeira y Friedrich, en la primera serie de cinco, y la contención que hizo Albil del envío de De Muner, le dio la posibilidad de seguir con vida al conjunto albirrojo. Pero más allá que el capitán Delgado desvió su envío sobre el palo derecho , el acierto del juvenil Menéndez le dio a Merlo el festejo alborozado y el pase a octavos de final en donde enfrentará a Sarmiento de Junín, que le ganó ayer a Colón por 1 a 0.
En lo que hace al partido en sí, Estudiantes se manejó con cierta displicencia y eso le hizo cometer muchos errores, Las imprecisiones estuvieron a la orden del día, no tuvo volumen de juego y, en lo que hace a lo ofensivo, la primera llegada la generó pasada la media hora, con un remate cruzado de Boselli que Capogrosso rechazó contra su palo izquierdo.
Precisamente Boselli estuvo muy aislado del resto. No funcionaron Mariano González ni Facundo Coria. Joselo Fernández y Carlos Auzqui poco menos que faltaron a la cita, y los laterales (Modón y Tarabini) pasaron poco al ataque. Dentro de ese panorama lo suyo fue muy pobre, algo que se prolongó en el complemento ya que ni los cambios permitieron modificar esa imagen.
El rival propuso algo más, propuso un juego de marca y fricción en donde sacó algo de ventaja pero a la hora de pisar el área rival, si bien lo hizo un par de veces, tampoco resolvió bien.
Al equipo del Vasco Azconzábal le costó ayer desnivelar. Lo pudo haber hecho a los 9' del complemento con un remate de mediavuelta de Boselli, que se fue por sobre el travesaño, y nada más.
Estudiantes no le pudo encontrar la vuelta al partido. Un poco por sus limitaciones e individualidades que tuvieron anoche un vuelo muy bajo, y porque su entusiasta rival, aun exausto, siempre se las ingenió para hacerle difícil el tránsito hacia Capogrosso.
La Copa Argentina era un objetivo que Estudiantes se había propuesto transitar con intención de llegar lo más lejos posible, pero su andar se frenó bruscamente anoche en el estadio quilmeño, en la definición por penales, en donde estuvo tan errado como durante el desarrollo del tiempo reglamentario.
Fuente: Diario EL DIA
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