martes, 15 de marzo de 2011

Jugó mal, fue inofensivo y Berizzo acentúa el desconcierto de muchos

15.02.2011


Ganó con justicia el clásico, se impuso en Asunción gracias a una ráfaga brillante y, sin embargo, nadie cree realmente que la derrota sufrida ante Godoy Cruz haya sido sólo un accidente. Tirar el ancla del razonamiento afirmando, sin faltar a la verdad, que los mendocinos llegaron muy poco y acertaron un pleno triunfal en el cabezazo de Damonte (jugador clave en el "Tomba"), sería abrazarse a una explicación de tinte mediocre.

Estudiantes, guiado por Eduardo Berizzo, otorga la sensación de estar padeciendo una transición que nadie sabe bien hacia dónde lo conducirá. Retocado el plan original de su entrenador para vencer a Gimnasia, en Paraguay tuvo dificultades ante un equipo de inferior poderío y el último domingo se la pasó avanzando sobre el campo rival enfermo de intrascendencia.

No mereció perder, pero tampoco ganar. Ya en la elaboración primaria de ese juego asociado que en un pasado cercano lo distinguía, se advirtió falta de convicción y de justeza en el manejo de la pelota. Tan lento como previsible de mitad de cancha hacia adelante, ni el esperado regreso de Sebastián Verón alcanzó para despabilar a un equipo que pareció sedado.

Mucho más que una identidad táctica, basada en los numeritos que se leen como un código de área telefónico, el inconveniente mayúsculo asoma, nítido, en el semblante general de este campeón apocado. Quizás pueda ser fruto de la confusión, consecuencia lógica de tener en la cabeza de sus intérpretes una mezcla de las partituras antiguas y las actuales. Quizás. O tal vez, esta imagen deshilachada se origine a partir de las dudas de un director técnico que se encontró, de buenas a primeras, teniendo que brindarle su impronta a un equipo que, prácticamente, jugaba de memoria.

MASTER EN HARVARD

Si para Claudio Borghi, flamante DT de la Selección de Chile, haber dirigido a Boca fue como "haber hecho un Master"; probablemente, para Eduardo Berizzo esta etapa profesional al frente del campeón reinante del fútbol argentino se parezca a un Master, pero en Harvard.

Para quien no cuenta con una vasta experiencia como cabeza de un grupo conductor, haber alcanzado la responsabilidad y el privilegio de dirigir, en plena cima, a Estudiantes de La Plata es, siguiendo el paralelismo utilizado por el "Bichi", como estar realizando un Master en la prestigiosa universidad privada estadounidense ubicada en Cambridge, Massachusetts, y considerada una de las mejores del mundo.

El coach albirrojo volvió a demostrar una lectura tardía del trámite del partido al realizar el cambio de Juan Pablo Pereyra por Nelson Benítez, el hombre de más flojo rendimiento, recién cuando había transcurrido más de media hora del segundo tiempo. Ya en desventaja, evidentemente el DT no advirtió antes que por la izquierda su equipo no generaba nada.

Sin documento, de aspecto gelatinoso en sus líneas y con serias limitaciones para llevar peligro al área rival, Estudiantes tiene desconcertados a sus hinchas.

¿Qué le pasa al "León"? Nadie tiene el diagnóstico certero. Sólo está a la vista el síntoma inequívoco: El domingo jugó mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario