¿Cuál es el verdadero Estudiantes? ¿El que ganó el clásico y después hizo pata ancha en Asunción ante Guaraní, o este que sumó nada menos que dos derrotas al hilo como local en el Clausura? Los hinchas albirrojos se fueron ayer del estadio Ciudad de La Plata con una mezcla de desazón y desconcierto porque el equipo no consigue definir una línea de juego, también porque esta transición se está prolongando en el tiempo, y con el agravante que le tiraron dos centros en su área y el rival, primero Banfield y ayer Godoy Cruz, de cabeza, lo dejó con las manos vacías.
Eduardo Berizzo, que reconoció que su equipo había jugado mal, sigue en la búsqueda, dentro de su idea futbolística, pero no encuentra la forma ni la manera, y esta tesitura ya está generando un cierto disconformismo en la gente, que no ha tenido tapujos en expresarla abiertamente.
Resulta difícil desentrañar a qué juega Estudiantes, incluso con su capitán Verón en el equipo que ayer estaba para jugar una hora solamente por su lesión en el tobillo, pero por cómo se dio el partido tuvo que quedarse en cancha hasta el final.
Estudiantes agrupó muchos volantes en el medio. Seis en total. Los mendocinos le opusieron cinco y, por varios minutos, porque se manejaron con mayor criterio, consiguieron prevalecer en el trámite.
El local, como es su costumbre, buscó progresar por los costados, con Mercado y Nelson Benítez, pero pudieron poco, procuró manejar la pelota por abajo con Leandro Benítez y Pablo Barrientos, pero el mal estado del campo de juego volvió a conspirar contra esa posibilidad, y si a eso se agrega que Verón arrancó impreciso y Leandro Benítez estuvo huérfano de apoyo arriba, su leve dominio no pudo ser cristalizado en la red enemiga.
El Tomba aprovechó todo eso para hacer su negocio. Lo esperó bien parado del medio hacia atrás, se limitó a cerrarle los caminos y, a diferencia de su rival, el deficiente estado del césped lo ayudó a poder defenderse bien.
También jugó a su favor que Estudiantes no pudo encontrar la manera de generar juego profundo y asociado, y eso quedó patentizado en la estadística, en donde en el primer tiempo llegó muy poco, y lo más peligroso fue un cabezazo de Desábato, tras centro del Chino Benítez, que se fue cerca del palo derecho.
Lo más patético fue ver a un Estudiantes errático, vacío de fútbol, y sin la determinación y la enjundia que ningún rival podía frenarlo.
Y por culpa del local y del visitante, el primer tiempo se cerró con un cero grande y, muy pobre desde lo futbolístico.
Aportaron muy poco los dos Benítez, Barrientos estuvo muy intermitente, Mercado no desbordó con la claridad de otros partidos, y cuando el técnico mandó a la cancha a Enzo Pérez, en el complemento, Godoy Cruz le hizo el gol.
Ariel Rojas ejecutó un tiro libre desde la derecha, el ex albirrojo Israel Damonte le ganó en el salto a todos y peinó la pelota desviándola hacia el palo derecho de Orión, que se quedó sin poder de reacción. Iban 15' del complemento.
Berizzo lo puso a Pérez sobre la derecha para que progresara junto con Mercado. Estudiantes volcó todo su juego sobre ese costado, pero no quebró nunca a la nutrida defensa mendocina, tan superpoblada como eficiente. A 20' del final el técnico sacó a un punta para poner otro punta (López por González, aunque el que fue a jugar de "9" fue el Chavo Desábato) y la gente entró en ebullición, porque quería más gente de ataque arriba.
El equipo seguía tan inoperante como durante toda la tarde, y después se decidió por sacarlo al inexpresivo y muy cuestionado Nelson Benítez para ponerlo a Pereyra.
Pero nada cambió, todo siguió igual, muchos centro al área para que ganara la gente visitante, y con el correr de los minutos Estudiantes entró en la desesperación, se obnuviló mentalmente y se desordenó, y extravió totalmente la precisión en el poco espacio que el Tomba le dejó del medio hacia atrás.
Tal vez la derrota fue demasiado castigo para Estudiantes que pudo haber marcado antes que Godoy Cruz, porque a los 4' del segundo tiempo Desábato conectó un cabezazo de gol, tras córner de Verón, pero sobre la línea rechazó otro ex albirrojo, Roberto Russo.
Fuente: Diario EL DIA
Eduardo Berizzo, que reconoció que su equipo había jugado mal, sigue en la búsqueda, dentro de su idea futbolística, pero no encuentra la forma ni la manera, y esta tesitura ya está generando un cierto disconformismo en la gente, que no ha tenido tapujos en expresarla abiertamente.
Resulta difícil desentrañar a qué juega Estudiantes, incluso con su capitán Verón en el equipo que ayer estaba para jugar una hora solamente por su lesión en el tobillo, pero por cómo se dio el partido tuvo que quedarse en cancha hasta el final.
Estudiantes agrupó muchos volantes en el medio. Seis en total. Los mendocinos le opusieron cinco y, por varios minutos, porque se manejaron con mayor criterio, consiguieron prevalecer en el trámite.
El local, como es su costumbre, buscó progresar por los costados, con Mercado y Nelson Benítez, pero pudieron poco, procuró manejar la pelota por abajo con Leandro Benítez y Pablo Barrientos, pero el mal estado del campo de juego volvió a conspirar contra esa posibilidad, y si a eso se agrega que Verón arrancó impreciso y Leandro Benítez estuvo huérfano de apoyo arriba, su leve dominio no pudo ser cristalizado en la red enemiga.
El Tomba aprovechó todo eso para hacer su negocio. Lo esperó bien parado del medio hacia atrás, se limitó a cerrarle los caminos y, a diferencia de su rival, el deficiente estado del césped lo ayudó a poder defenderse bien.
También jugó a su favor que Estudiantes no pudo encontrar la manera de generar juego profundo y asociado, y eso quedó patentizado en la estadística, en donde en el primer tiempo llegó muy poco, y lo más peligroso fue un cabezazo de Desábato, tras centro del Chino Benítez, que se fue cerca del palo derecho.
Lo más patético fue ver a un Estudiantes errático, vacío de fútbol, y sin la determinación y la enjundia que ningún rival podía frenarlo.
Y por culpa del local y del visitante, el primer tiempo se cerró con un cero grande y, muy pobre desde lo futbolístico.
Aportaron muy poco los dos Benítez, Barrientos estuvo muy intermitente, Mercado no desbordó con la claridad de otros partidos, y cuando el técnico mandó a la cancha a Enzo Pérez, en el complemento, Godoy Cruz le hizo el gol.
Ariel Rojas ejecutó un tiro libre desde la derecha, el ex albirrojo Israel Damonte le ganó en el salto a todos y peinó la pelota desviándola hacia el palo derecho de Orión, que se quedó sin poder de reacción. Iban 15' del complemento.
Berizzo lo puso a Pérez sobre la derecha para que progresara junto con Mercado. Estudiantes volcó todo su juego sobre ese costado, pero no quebró nunca a la nutrida defensa mendocina, tan superpoblada como eficiente. A 20' del final el técnico sacó a un punta para poner otro punta (López por González, aunque el que fue a jugar de "9" fue el Chavo Desábato) y la gente entró en ebullición, porque quería más gente de ataque arriba.
El equipo seguía tan inoperante como durante toda la tarde, y después se decidió por sacarlo al inexpresivo y muy cuestionado Nelson Benítez para ponerlo a Pereyra.
Pero nada cambió, todo siguió igual, muchos centro al área para que ganara la gente visitante, y con el correr de los minutos Estudiantes entró en la desesperación, se obnuviló mentalmente y se desordenó, y extravió totalmente la precisión en el poco espacio que el Tomba le dejó del medio hacia atrás.
Tal vez la derrota fue demasiado castigo para Estudiantes que pudo haber marcado antes que Godoy Cruz, porque a los 4' del segundo tiempo Desábato conectó un cabezazo de gol, tras córner de Verón, pero sobre la línea rechazó otro ex albirrojo, Roberto Russo.
Fuente: Diario EL DIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario